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La cultura y los delirios en la antigüedad

¿Nos sorprendemos por los diversos líderes actuales y sus conductas erráticas? vamos, nuestra historia ha estado plagada de locura e incluso ha sido absorbida por diversas religiones, para dar explicaciones “lógicas”. En la Grecia antigua, ya Sócrates nos regaló este pensamiento: “Los más grandes bienes nos llegan por un delirio inspirado por los dioses”, pues claro, ¿quién tendría realmente contacto directo con los dioses y que realmente lo creyera así? ¿un charlatán sociópata?, ¿un esquizotípico?, ¿Trump?. Primero que nada, un delirio es una falsa creencia persistente e irreductible, puede ser moldeada por la cultura; pero lo interesante es cuando es aceptada por una sociedad o que incluso forma parte importante de un culto religioso. Es mediante los delirios que la profeta de Delfos y las sacerdotisas de Dodona prestaban importantes servicios, es mediante el delirio, que Ajax, cree matar a sus jefes griegos, “totalmente running Amok”, realizando una carnicería de ovejas; al percatarse de tal acción se precipita sobre su espada y se mata. ¿Y que hay de las orgías báquicas de Dionisio?, éstas se dan después de que la divinidad Hera lo privara de la razón. (Parece que ésta nos priva de interesantes momentos).

Hera desata el fiestón cuando se pierde la razón


Orestes estaba perseguido por furias vengadoras armadas con látigos, que trataban de castigar la muerte de Clytemnestra, su madre. Como personajes Shakespereanos, la culpa persecutora es la detonante de ideas delirantes, casi como un corazón delator.

Sin duda, quizás los leíamos como fábulas o enseñanzas, pero ciertos aspectos históricos no se dejan escapar, como la locura de Nabucodonosor, el licántropo que huía al bosque, cubierto de vello y con los dedos convertidos en afiladas garras; cuyo estado melancólico llegó a llamar la atención del médico Hipócrates. “Siempre según el relato bíblico, Dios castigó la enorme soberbia de Nabucodonosor con una especie de delirio que le hacia sentirse animal y pasó siete años como también había predicho Daniel, huyendo de la sociedad para vivir en el desierto entre las fiera, hasta que Dios le devolvió el juicio” Parece que tanta grandiosidad Babilónica, tuvo un costo para el cerebro, ¿Ideas delirantes megalomaniacas? ¿un TOC?


Cabello largo...uñas..largas...¿un licántropo?


Esta locura que no sólo disfrutamos en diversos personajes en el horror cósmico, parece ser que impregna muchas páginas de nuestra historia, incluso entre quienes alguna vez han tenido poder y penetra el curso que llevamos como humanidad. Por último, adentrémonos a las estepas rusas, donde varios pueblos nómadas se iban asentando, en lo que se conocería la Escitia, con antecedentes desde el año 2000 A.C. Pueblo de caballos, guerero y sanguinario, cuyos guerreros acostumbraban beber de los cráneos de sus adversarios, así como la sangre de sus primeras víctima, y sus vestimentas constaba de cueros cabelludos. Entre ellos, más al norte, se encontraban los NEUROS; los cuales se entregaban a la licantropía, y se decía que al menos una vez al año cada individuo se convertía en lobo por alguos días. Recorría los cementerios, violaba las tumbas, y destrozaba a los niños para devorarlos. “Las extrañas materias con que estos hombres se untaban el cuerpo les hacía perder la razón”. ¿ Drogas? ¿ Algún síndrome neurocognitivo? ¿ Cultura?. Es evidente, que lo que en medicina son delirios, para otros en épocas perdidas, son advertencias. Quizás, ya no le tememos a nada.


La sangre llama

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