Cuando visitaba a Papi siempre se veía muy triste, cada que iba a recogerme, mamita le gritaba y lo hacía sentir muy mal. En su casa comíamos cereal y veíamos muchas caricaturas y aunque lo veía muy poquito debido a que tenía dos trabajos, él era mi mejor amigo.
Ahora, él siempre está conmigo, me acompaña y me platica muchas cosas que hacen que siempre me sienta contento, a los adultos no les gusta que hable de él o de lo que me platica. Mami me lleva con una amiga suya que me dice que papito no existe.
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