LXXV Círculo Lovecraftiano & Horror de la Ciudad de México y Monterrey:
Anotaciones acerca del relato “El ejército de la luna” de Alberto Chimal.
“Si Dios no existe, todo está permitido.”
Los hermanos Karamazov, Fedor Dostoievsky
La terrible pandemia del coronavirus sigue desgarrando al mundo, una “tropa negra” como la de Chimal, pero microscópica, que mata con la ayuda de políticos corruptos y personas irresponsables, que causa dolor, que seca a la gente de su vitalidad y al final, les arranca la vida. Pero ésta peste no puede detener al círculo en la búsqueda e intercambio de ideas sobre temas ominosos. El día viernes 29 de mayo, en videoconferencia con las personas integrantes del círculo (CDMX, Monterrey y demás localidades), discutimos entre susurros sobre lo que fundamenta la maldad.
En el relato de Alberto Chimal podemos dilucidar no solo la historia de cómo la muerte emprende a veces campañas de exterminio contra la vida misma, sino también el abordaje de un tema profundo y sumamente interesante; aquel de las distintas facetas que adopta el mal.
Chimal representó en su relato, una maldad que puede tomar muchos rostros, y que puede incluso en algún momento, parecer contraria a sí misma. En su obra nos encontramos con Pragyode Kuny, un noble siniestro que es capaz de las acciones más atroces, enfrentado a la oscuridad del ejército de la luna (una horda de zombies vampiro). Ambas posiciones son malvadas, ambas intenciones buscan sólo la aniquilación de los prójimos, y es así como se enfrentan dos versiones de lo que emanan del mal.
La “Tropa negra” de los Worgoi son una fuerza sobrenatural, que “beben la sangre de las ovejas, de los perros... de las personas”, buscan la destrucción de la vida tal y como la conocemos, sus intenciones son para nosotros irracionales, por ende incomprensibles, es decir; aterradoras. “Uno de los mayores temores del hombre, es el temor a lo desconocido” diría el prisionero de Providence. Sin embargo, ¿las razones para la crueldad de Pragyo de Kuny son diferentes a las de los Worgoi?, si lo reflexionamos y lo ponderamos nos encontraremos con la onerosa realidad, el personaje que representa al ser humano es también un monstruo, y al igual que los Worgoi, viola, devora, destroza, humilla, asesina y hace estallar las cabezas, esparciendo las vísceras de las víctimas por doquier.
Sobrenatural o terrenal, demasiado terrenal, el mal es uno, indivisible en el momento que lo que busca es la aniquilación del semejante. El mal busca un nuevo orden, un orden que no sea controlado por las convenciones humanas, ni siquiera por las normas divinas. Busca un orden en donde, como decía uno de los hermanos Karamazov “todo este permitido”. La libertad total, vasta y brutal.
El mal de la tropa negra es antiguo y sobrenatural, pero surge periódicamente de manera intempestiva y arrasa todo a su paso para después volver a su estado de hibernación, el mal de Pragyo de Kuny es permanente, es parte de la crueldad de nuestras sociedades, es la maldad burocrática que destroza porque puede, porque las leyes humanas lo permiten u omiten su persecución. Es el rostro perverso de una impunidad que emana desde el Estado y es dejada de lado por la opinión pública. La maldad que contiene el noble escondido en su castillo es una de las peores facetas de la “banalidad del mal”. Los Worgoi no están interesados en justificar su proceder ante nadie, la nobleza de la humanidad gasta considerables riquezas en engañar a los demás, haciéndoles creer que son sus protectores.
¿Dónde reside el mal realmente?, ¿quiénes son los verdaderos monstruos? Al final del relato, Pragyo de Kuny siente alegría, porque se da cuenta que la “tropa negra” está ahí para recibirlo, para siempre, al lado oscuro, ya no está solo, ahora está realmente en casa. Los monstruos son unespejo en donde nos observamos constantemente. La maldad está en toda la humanidad. La oscuridad siempre está presente. La “tropa negra” no necesita conquistar nada, la “tropa negra” lleva mucho tiempo aquí. Es la “banalidad” del mal lo que la convierte en inexorable, irresistible.
Should we embrace it?
Mayode 2020, México Tenochtitlán.
Comments