Las palabras "juegos de mesa" siempre nos remite a pensar en cosas como "Monopoly" o "Risk", pero hay otro tipo de juegos de mesa que rebasan esa clasificación. Un ejemplo de ellos es "Arkham Horror", basado en los Mythos de H.P. Lovecraft.
En Arkham Horror, los jugadores toman el rol de investigadores en un universo poblado de situaciones extrañas y seres horripilantes. Con uno o hasta ocho jugadores en control, los personajes deben trabajar juntos para intentar detener a uno de los Antiguos de ser invocado en nuestro mundo. Cada investigador cuenta con un poder especial y los jugadores pueden equiparlos con habilidades, hechizos y diversos artículos para hacer frente a monstruos e intentar cerrar los portales de los cuales emergen. Si hay demasiados de éstos portales abiertos, el Antiguo despertará y los investigadores deben derrotarlo en una batalla épica para salvar al mundo.
El juego existe en una tenue línea entre juego de mesa y juego de rol, los jugadores mueven a sus personajes en un detallado mapa buscando pistas que los lleven a resolver misiones, obtener objetos, derrotar monstruos y cerrar portales. Todo manteniendo dos indicadores, uno de salud y otro de cordura, los cuales se mueven dependiendo del encuentro y la resolución del mismo, la cual se hace tirando dados, cuyo resultado puede dar como resultado experiencias nada agradables para nuestro personaje.
Su complejidad y tamaño no lo hace recomendado si no se tiene experiencia en juegos de mesa modernos. El jugador está sujeto a la voluntad de los dados en muchos momentos, la estrategia se encuentra en la combinación de habilidades y artículos que deberíamos utilizar en cada encuentro, además de qué aliados se encuentran cerca de nuestro investigador.
Al final de cuentas, es un juego que exuda horror. Esta experiencia al jugarlo, por lo menos una vez, hace que valga la pena sumergirse unas horas en el extraño mundo de Arkham Horror.
- José Talamantes
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