Por Lucero Isabel García Carrillo (Izzy Graves), México, Distrito Federal.
Llamadas damas de la noche se han representado como seres que succionan sangre, por ende la vitalidad de las personas. Con el recurso de la seducción hipnotizan a sus posibles víctimas atrayéndolas por medio de sus encantos físicos o el misterio de su personalidad. Se niegan a morir y por lo tanto se rebelan a las leyes naturales, son impías al despreciar la vida diurna y normal de las otras mujeres.
Son errabundas se trasladan de una época a otra, poseen información sobre el mundo, en ocasiones su sabiduría en vida ha sido la causa de su destrucción. Su poder de mutar en animales como el búho o felinos las hace peligrosas. Son fuertes y seguras de sí mismas. En la literatura como en el cine se proyectan atractivas como el Clarimonde, “La muerta enamorada”, cuento de Théophile Gautier, joven capaz de enfrentar cualquier problema por obtener el amor de Romualdo.
Su vitalidad mórbida acentúa su atractivo hacia los vivos. Gustan de apoderarse de lo prohibido, es un afán sobrenatural para lo cual se valen como una femme fatal de sus recursos persuasivos: hermoso cuerpo, lasciva expresa, mirada cautivadora, movimientos felinos, actitudes seductoras que ocultan detrás de una sonrisa plena sus instintos criminales. En Lifeforce (1980) Mathilda May interpreta a la chica espacial, quien con un beso mortal drena la energía vital de cualquiera que se interponga en su camino.
Las vampiras recuperan el atrevimiento que a las mujeres normales se le prohíbe con imposiciones moralistas y represoras. En oposición a las simples mortales, las vampiras tiene libre acceso al sexo, no se sujetan a preferencia sexual alguna, seduciendo a hombres y mujeres.
En The hunger (1989) la entrega entre las dos mujeres, Miriam Blaylock y Sara empieza de manera casual. Sara entra a la mansión de Miriam y se admira de la elegancia peculiar de los aposentos. Con sutil gentileza Miriam le ofrece de beber un líquido especial, que embriaga a la doctora. En la siguiente escena Miriam muerde en estado frenético a su víctima en el brazo que enervada por los besos de Miriam participa con pasión en la entrega de su cuerpo y de su sangre.
En consecuencia, la inclinación por las relaciones lésbicas se traduce en una doble transgresión. Prototipos de vampiras lésbicas en la literatura son Carmilla de Joseph le Fanu y Christabel, de Samuel Taylor Coleridge, ambos escritores de habla inglesa de fines del siglo antepasado. Ambas jóvenes y bellas herederas de un castillo y huérfanas de madre o de padre. En el ámbito cinematográfico encontramos a Miracalla en Vampire Lovers (1970) quien esta decidida a acabar con el general von Spielsdorf y todos sus descendientes. Producida por la Hammer, es la primera entrega de la trilogía de los Karstein, el film posee un magnifico ambiente y una inigualable presencia de Ingrid Pitt como Mircalla.
Las relaciones que tienden con otras mujeres son ambiguas, su trato es delicado y lleno de amor exaltado por las amigas/amantes, que con sus encantos van conociendo y seduciendo a la vez. Su imperioso objetivo alimentarse de la sangre de mujeres y refocilarse eróticamente con sus cuerpos. Su trasgresión al orden natural y social en estos relatos son su escarmiento es violento y los encargados del castigo es la autoridad masculina, como lo vemos en una escena del film Alucarda (1977), Justine es presa del clérigo y torturada por su supuesto pacto con el diablo, mientras Alucarda presa de la desesperación no puede devolverle la vida.
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