La naturaleza de los detractores de Stephen King es muy sencilla: Atacan IT, atacan Pet Sematary, atacan The Stand… En fin, atacan todas las novelas que casualmente, tienen adaptación cinematográfica o televisiva. La razón, resulta obvia, es porque ni siquiera han leído al oriundo de Maine. Este caso se da incluso entre sus CR’s (constant readers, o lectores constantes, como afectuosamente se refiere a nosotros), con joyas escondidas en su vasta bibliografía (aunque parezca difícil, si las hay). Como anteriormente mencione en alguna otra columna que les deje aquí mismo, yo no me entere de la existencia del magnum opus del autor hasta principios del milenio actual (lo cual, para cualquiera que conozca mis hábitos de lectura, es un verdadero escándalo). Pero incluso hay gente que no está muy familiarizada con los ya antes mencionados “Bachman Books”.
La segunda vez que Stephen King se enmascaro tras el nombre de Richard Bachman, fue en una novela titulada The Long Walk. Esta es una novela de horror psicológico, muy al estilo del primer libro Bachman, Rage. Pero con una atmosfera mucho más perturbadora. A grandes rasgos, la novela trata sobre un futuro distópico, donde existe una caminata anual, conocida como The Long Walk. El premio por ganar la carrera es sumamente atractivo: Todo lo que quieras.
Por el resto de tu vida.
Para ganar la carrera, hay que vencer a otros 99 rivales, que también quieren el premio. La caminata comienza a las 9 am en Maine, pero no tiene hora para finalizar. Tampoco tiene una meta. La caminata continua, sin importar las circunstancias, la hora o las inclemencias del tiempo, hasta que solo queda un caminante. Para permanecer en la contienda, es necesario mantener una velocidad de al menos 4mph. Si un concursante baja la velocidad por más de 30 segundos, recibe una amonestación, 3 amonestaciones, le hacen acreedor a un “ticket”. Un participante que obtiene un ticket, recibe un disparo por parte de los soldados que van supervisando el certamen.
Los concursantes son obtenidos vía sorteo, y para hacer las cosas más perturbadoras, son adolescentes.
The Long Walk esta inconfundiblemente narrado por Stephen King, pero su descripción esta mancillada por una especie de neblina que aleja el tenue rayo de luz que prevalece en casi todas sus novelas. No se ve una manera de desmantelar lo que sea el régimen que opera el concurso, no hay nadie tratando de salvar a los chicos, y ninguno de ellos tiene intención de salvarse a sí mismo. A menudo, los mismos chicos interactúan entre ellos, resignados a su destino, ignorando el hecho de que todos ellos, a excepción de uno, va a morir (e incluso, se rumora entre los participantes que los ganadores del certamen, tradicionalmente mueren de cualquier forma al poco tiempo de ganar la caminata). En muchos aspectos, es una especie de “novela de adolescentes”, en la vena de algunos libros de Harry Potter (del 4 al 6, para ser exactos), The hunger games y ese tipo de novelas, pero con la notable diferencia de que los protagonistas no son héroes que se alzan ante la adversidad para acabar con la injusticia o el peligro.
Solo son víctimas.
Esta novela es poco conocida (dentro de los parámetros del Mainés, por supuesto), incluso dentro de los CR’s de Stephen King, pero es aceptado que es una gran novela. Se encuentra usualmente en los conteos del top 10 del autor, y recibe reseñas consistentemente positivas (un gran logro, si consideramos que es, probablemente la primera novela que escribió Stephen King, a sus escasos 18 años). Probablemente, la razón por la cual no es más famosa (incluso después que se supo que Stephen King es en realidad Richard Bachman) se debe a que el tono no es exactamente el mismo al que Stephen nos tiene acostumbrados. Es casi tan cruel como Pet Sematary, y casi tan abrumadora como el guion de Storm of the Century, y el hecho de que los muchachos estén contando solamente “cosas de muchachos” le añade un tremendo aire de fatalidad que no podemos sacudirnos en toda la lectura.
Su adaptación cinematográfica (el sello de la casa) se encuentra en “development hell” desde que George Romero (con quien colaboro en Creepshow y que dirigió The Dark Half) indico interés en dirigir la versión cinematográfica en 1988. Esto no se concretó y los derechos pasaron al director de The Shawshank Redemption, The Green Mile y The Mist (todas obras de Stephen King), Frank Darabont. En el 2007, el mismo año que Darabont presento su versión del cuento corto del originario de Portland, se supo que tenía los derechos a The Long Walk. Actualmente, los derechos le pertenecen a New Line Cinema, quien piensa desarrollar la versión cinematográfica, nuevamente, aprovechando el aplastante éxito de taquilla que represento IT de Andrés Muschietti.
Al igual que en Rage, muchas de las características que le conocemos al autor, no están presentes. Pero en esta ocasión, el pesimismo, que es el tema central de la historia, le viene muy bien. Esta desesperanza se vuelve adictiva en este contexto, y nos deja con ganas de más.
The Long Walk es, hasta el momento, la joya más brillante del Mainés, que pocos se han molestado siquiera en voltear a ver.
Por: Javo Monzón
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