"Wekufe: el origen del mal"
Chile, 2016. Dirigida por Javier Attridge.
El Cine de Horror, a lo largo de su historia, ha pasado por una serie de periodos muy bien identificables. Tomemos por ejemplo “The Exorcist” y su impacto en el cine de los 70’s: de repente, todo mundo estaba haciendo películas acerca de posesiones demoniacas y de los intentos de sus protagonistas por librarse de ellas. O los 80’s, donde fue el Slasher la tendencia imperante. A finales de los 90’s, con el estreno de “The Blair Witch Project”, se revivió un estilo de cine que, a pesar de ya haber tenido antecedentes en los 80’s (y muy brutales por cierto), no había alcanzado la popularidad suficiente como para marcar una tendencia: nos referimos desde luego, al cine “cámara en mano” o “Found Footage Films”. La brutal “Cannibal Holocaust” de Ruggero Deodato sentó el precedente de como la crudeza del estilo cuasi-documental de Tobe Hopper en “The Texas Chain Saw Massacre” podía llevarse aún más allá disfrazando una parte de la película como si hubiese sido obtenida directamente de sus protagonistas, logrando un efecto tan realista que incluso tuvo que demostrar ante tribunales que todo era sólo ficción y sus actores seguían vivitos y coleando. Otros ejemplos como la serie “Guinea Pig” no hicieron más que llevar al extremo este nuevo estilo, espantando espectadores en todo el mundo.
En una época en la que el uso del internet empezaba a despuntar entre la población mundial, proveyendo un nuevo camino para el surgimiento y la dispersión de nuevos mitos, “The Blair Witch Project”, merced a una innovadora campaña publicitaria en línea, logró un exitazo de taquilla de esos que hacen historia, además de que logró lo que muchas otras películas no lograron en mucho tiempo, establecer una nueva tendencia fílmica. Desde entonces, ya no bastó con el “basado en hechos reales”, sino que lo que se nos ofreció fue la retorcida “realidad” misma como última fuente de todos los horrores. Llegaron mil y una producciones tratando de imitar el éxito de la Bruja, con algunos muy buenos ejercicios, pero con muchos otros bastante mediocres, como era de esperarse. La supuesta facilidad de producción de este tipo de cine hizo que proliferaran todo tipo de cintas, desde todos los puntos del planeta, e incluso logró que directores tan legendarios como George A. Romero voltearan hacia él, y sorprendentemente, en lugar de ir viendo como la tendencia declinaba y moría, de algún modo se ha logrado mantener vigente ya por más de 20 años.
Desde luego que si hay ya algunos signos de cansancio, el reciente fracaso de la secuela de “The Blair Witch Project” es un buen ejemplo de ello, y bueno, es algo que era de esperarse. Han existido momentos en los que parece que lo único que hay en cartelera son “Found Footage Films”, y con una sociedad cada vez más endurecida, la idea de estar viendo algo “extraído directamente de la vida real” ha ido perdiendo impacto cada vez más.
Como sea, de vez en cuando surge algún buen ejemplo de cómo hacer este tipo de cine logrando resultados bastante interesantes. Entre ellos, se encuentra el debutante chileno Javier Attridge, con “Wekufe: el origen del mal”. Esta cinta, con guion del mismo Javier, nos cuenta la historia de Paula, una estudiante de periodismo enzarzada en una investigación acerca de la relación entre un conocido mito chileno y la violencia sexual en contra de las mujeres en su área de influencia; y de Matías, su novio, aspirante a cineasta que busca realizar su sueño de hacer una película. Ambos viajan a Chiloé, una isla en la Patagonia, con el fin de recabar información de primera mano para la investigación de Paula, mientras Matías aprovecha para tratar de filmar su película. Lo que ambos encuentran al final es, en cierto y funesto modo, la consecución de sus deseos…
Bueno, en primera instancia no parece nada nuevo. Típica historia de “el que busca y acaba encontrando”, sin embargo tiene muchas diferencias con otras películas con una premisa similar. En primer lugar, su mayor acierto son sus protagonistas, ambos son de lo más carismáticos y resultan muy naturales en todo momento. Despiertan verdaderamente la empatía del espectador y nos hacen cómplices de sus situaciones. En segundo lugar, el libreto: se trata de un trabajo bastante bien logrado que logra mantener el interés en todo momento, tiene algunos diálogos geniales y además es muy divertido en ocasiones (ojo a la tremenda e hilarante referencia al Gran Cthulhu que aguarda dormido ¡en las costas chilenas!); los sustos están perfectamente manejados y resultan sobrecogedores cuando se presentan, sin abusar de los trucos baratos tan populares en la actualidad.
Adicionalmente hay que resaltar el giro final, donde está la tercera gran virtud de la película: en un giro un tanto diferente para este tipo de cintas, el Director no deja pasar la oportunidad de insertar un poderoso mensaje social, que a la par de lo que logró Romero en su momento, nos confirma que en realidad, no hay nada más aterrador que la realidad misma, esa realidad que a veces queremos enmascarar, pero que cuando la encontramos de frente, resulta imposible de eludir. En lo personal, eso es precisamente lo que más me ha gustado de la cinta. Es muy de destacar el trabajo de dirección de Javier, creo que más allá de los actores y del guion, lo que hace que “Wekufe” resulte la experiencia que es, es la fuerza que se nota en su brazo. Se agradece mucho que se haya optado por mantener una puesta en escena sobria, que nunca abusa de los clichés típicos de estas producciones, y que por contraste, refuerza el aura que se presiente a lo largo de toda la cinta.
“Wekufe” ha estado siendo seleccionada con toda justicia en festivales alrededor del mundo, cosechando alabanzas por donde quiera que pasa. Es grato ver que en esta ocasión, son plenamente merecidas. En México se estrenó como parte de la 5ta. Edición del FERATUM FILM FEST, donde consiguió el premio a la mejor película iberoamericana de ficción. Además, ha sido exhibida en algunos otros festivales del país.
Les recomendamos que no pierdan la oportunidad de verla cuando tengan oportunidad y que desde luego, no vayan a perder de vista el trabajo de Javier Attridge en el futuro. Si sigue los derroteros de los que demostró en “Wekufe”, ¡menudo director tenemos a la vista!
¡Muy recomendable!
Iä! Iä! Cthulhu fhtagn!
-Un Shoggoth muy pero muy malvado y original.
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